September 14, 2004

LA �ESCUCHA� DEL DEEJAY


Para Manrico Montero


Tenemos hoy por evidencia que no hay arte sin oficio, la actividad artistica es irreductible a una actividad mecanica [...] Existe obra de arte cuando el instrumento se olvida, supera, casi se escamotea, en bien del gesto inspirado, imprevisible...


-Regis Debray (2000)


El deejay es sin duda una de las grandes figuras protagonicas de las escenas artisticas de la actualidad. Desde los años 70, un progresivo develamiento de esta otrora oscura figura ha devenido en su conversion al stardom, que asi como construye idolos populares al instante tambien puede derrocarlos en incluso menos tiempo. Hasta hace poco la labor del deejay era motivo de cuchicheos y miradas de reojo: A ciencia cierta, pocos sabian lo que sucedia detras y sobre ese par de tornamesas. Ahora, las urbes mas vanguardistas del mundo hospedan fiestas donde cada deejay es sujeto de atenta vigilancia de connoisseurs de brazos cruzados que no dejan escapar al mas leve cuatrapeo, que reconocen, los tracks de incluso los white labels mas extraños y que valoran y evaluan el discurso personal de cada montadiscos siguiendo complejos criterios especializados. Cada vez es mas comun presenciar un par de tornamesas y una mezcladora en museos y galerias dedicadas al arte contemporaneo, las revistas de musica y cultura popular les dedican sus portadas, los nombres mas famosos viajan en avion de una fiesta a otra la misma noche o trabajan en cabinas diseñadas con materiales preciosos bajo pedido de sus a veces sobrevaloradores usuarios.

Seria pues anacronico pretender explicar en estos tiempos la importancia de la labor, el oficio, el arte del deejaying: A estas alturas, pensariamos que aquellos dias oscuros en que se le consideraba una actividad parasitaria para subnormales ha sido trascendida. (Recordaremos, como muestra, el grito de guerra morrisseyano caracteristico de los ochenta sobre la intranscendente superficialidad del dj -hang the deejay- asi como las duras criticas del punk de la primera mitad de los noventa que acusaban la pusilanime volubilidad de los que gustosos danzaban al beat del sonido disco -you'll dance to anything-).
Sin embargo, creemos necesario hacer una critica de lo que se ha denominado overhyping: solo un analisis de lo que aporta cultural, social, politica y artisticamente la labor del deejay podre permitirnos reconocer cuando su apreciacion consiste en una justa valoracion de sus aportaciones y cuando, simplemente, en una vulgar campaña publicitaria generalizada que ha visto en esta actividad una forma mas de sacarle dinero a los incautos.

Urge preguntarse por que, a nivel mundial, se considera que ciertos deejays, y no otros, resultan !los mejores¡, y por que, en algunos casos, se les ha construido cultos a la personalidad muy similares al os que anteriormente gozaban los grupos de rock. Para poder responder esta pregunta, habra que re-plataearse prime que es lo que hace un deejay. Si, tecnicamente, lo que hace un deejay es re-estructurar piezas de discurso previamente estructuradas por terceros o en muchos casos por si mismo (es decir, discos de acetato) en un discurso mayor, mediante su reorganizacion a traves de la mezcla o superposicion de patrones ritmicos y melodicos de muchas fuentes sonoras distintas, (es decir, un set) ¿como valorar su trabajo? ¿Como reconocer la diferencia, por ejemplo, entre dos disc jockeys que, hipot�ticamente, trabajen con exactamente los mismos discos? Quisieramos platear aqui lo que llamaremos !la escucha¡ del deejay (asi como en la fotografia nos referimos a la mirada del fotografo.Asi como saber oprimir el obturador, revelar e imprimir no hace al fotografo, saber empalmar beats no hace al deejay.El set de un deejay como obra de arte tendria, casi, que olvidarse de su instrumento, trascender la tecnica.Entonces, ¿en que radicaria? la escucha del deejay, su gesto inspirado?

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